domingo, 24 de marzo de 2013

Atención psicológica a niños


"Quiero tiempo pero tiempo no apurado,
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor, me lo da suelto y no enjaulado
adentro de un despertador."



María Elena Walsh



A través de las diferentes experiencias con las que me encuentro a la hora de ejercer mi tarea como psicóloga de niños, emerge un denominador común, que no es otro que el desconocimiento por parte de  los adultos de las causas de los padecimientos y los  problemas que atraviesa el niño, y que derivan en un desequilibrio de la armonía familiar. Es por esto que considero de vital importancia prestar  atención a las significaciones que los adultos describen acerca del niño, el cual vendría a colmar las expectativas de deseo de los padres.

La familia queda incluida en el dispositivo terapéutico ya que es la matriz del psiquismo, ya que considero que la realidad fundamental para  un  niño  es  la  realidad psíquica  de  sus  padres. 

En el artículo “Dos notas sobre el niño” (notas manuscritas que Lacan entregara a Jenny Aubry en Octubre de 1969), considera el síntoma del niño en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar.

Por otra parte, Doltó expresa que “el ser humano desde su vida prenatal está marcado por la forma en que se lo espera, por lo que luego representa su existencia real para las proyecciones inconscientes de sus padres, éstos, al actuar como interlocutores y modelos naturales, alteran con demasiada frecuencia en el niño el sentido preciso de las  vivencias suscitadas por determinadas palabras y ello  desde  el  nacimiento  en  algunos  casos”
“Cuando se trata de niños perturbados, es el niño quien mediante sus síntomas encarna y hace presentes las consecuencias de  un conflicto presente familiar o conyugal, camuflado y aceptado por los padres” (Doltó).

En el transcurso de las  primeras  experiencias  con  el  niño me  ubico  desde  el lugar  de  terapeuta escuchando  el  discurso que  me  es  dirigido. Donde el lenguaje se detiene porque lo que se tiene que decir no es escuchado, lo que sigue hablando es la conducta.   Durante  las  entrevistas  me  pregunto : ¿qué  le  falta?, ¿qué me  dice  con  su  palabra,  su  ubicación  en  el  espacio,  su  juego,  sus  silencios,  su  conducta? , ¿a  quién  le  habla cuando  me  está  hablando?.

A  través  del  recurso  del  juego el  niño  crea  en  un  espacio  y  tiempo  que  permite  la  realización ilusoria  de  deseos,  facilita  el  ir elaborando las  impresiones  de  los  sucesos  traumáticos,  etc. Las  producciones del  niño  me permiten descifrar  cuál es el problema y las expectativas del niño desde su punto de vista, ya que en muchas ocasiones no coinciden con las de los padres.

En el trabajo con los padres, mediante la observación y la escucha, el objetivo apunta a  historizar el lugar subjetivo que vino a ocupar este niño en esta familia y propiciar la apertura de un espacio para que el niño pudiendo  incluirse  en  la  historia familiar,  construya  posteriormente su propia historia.  

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